La coma entre complementos u oraciones seriados en inversión sintáctica
CREO QUE A estas alturas del blog nuestros lectores saben que cuando hay una inversión sintáctica, la coma entre ella y la parte principal de la oración —o proposición, si se trata de una oración compuesta— es discrecional: la ponemos si nos parece que mejora o aclara la comprensión. Como ejemplo rápido, una inversión simple: “Ayer, fuimos al Congreso a reírnos de los payasos”. Aquí, la palabra ayer, complemento circunstancial de tiempo, va antes del verbo; por eso decimos que la oración tiene una inversión sintáctica. En este caso pusimos la coma pero podemos omitirla perfectamente sin que por eso se oscurezca el sentido o se vuelva más difícil de comprender: “Ayer fuimos al Congreso a reírnos de los payasos”. Ahora, un ejemplo con oración compuesta: “Para que tú lo entiendas, Sergio va a hacer la presentación personalmente”. La oración subordinada circunstancial de finalidad Para que tú lo entiendas está invertida. La oración principal empieza con Sergio y el verbo va después. Aquí pusimos la coma, mas en este caso es absolutamente necesaria porque sin ella tambalea el sentido de la proposición. Para empezar, la coma antes de Sergio podría sugerir la presencia de un vocativo (véase“¿A qué le tiras cuando sueñas, vocativo?”), pero la duda se disipa enseguida porque falta la segunda coma que confirmaría la presencia del vocativo. Como no está, no hay vocativo y resulta que Sergio es el sujeto de la oración principal: Sergio va a hacer la presentación personalmente. Si dejáramos la coma fuera, la oración quedaría ambigua. ¿Le estarán hablando a Sergio y se les olvidaron las comas, o será Sergio el sujeto?
Esto, como repaso. Ya hemos visto dos excepciones a la discrecionalidad de esta coma de la inversión sintáctica. (Véase “Dentro de la inversión sintáctica, la coma de la oración condicional” y “La coma en inversiones que incluyen gerundios o participios pasivos”). La tercera excepción del uso de la coma con inversiones sintácticas no corresponde a la inversión propia sino a lo que está contenido dentro de ella. Me explico…
Hasta ahora hemos visto inversiones simples; es decir, de un solo complemento u oración circunstancial en inversión sintáctica, como las dos del primer párrafo de esta entrada. Pero es posible hilar dos, tres, cuatro o —teóricamente— más complementos en inversión sintáctica. En estos casos, por la regla de la coma serial (véase “Entre lo dicho y lo escrito, más una coma serial”) tenemos que separar estos complementos u oraciones circunstanciales con coma. Pero entre el último complemento u oración circunstancial y la oración principal, la coma seguiría siendo discrecional. Veamos algunos ejemplos:
Ayer, a las tres de la tarde, el electricista llegó a instalar el regulador.
Aunque nadie sospechaba que fuera a hacerlo, por motivos que todos ignoraban, en contra de lo que dictaban todas las reglas de la sociedad civilizada, la maestra se quitó repentinamente la ropa en medio del salón.
En el primer ejemplo, hay dos complementos circunstanciales en inversión sintáctica, y están separados por una coma (la que viene después de Ayer). La segunda coma, la que viene después de tarde, es discrecional. En el segundo ejemplo hay tres oraciones circunstanciales en inversión sintáctica, y entre ellas hay comas. En este caso son dos comas porque son tres oraciones circunstanciales en inversión sintáctica. Las comas van después de hacerlo e ignoraban.
Si hubiera cuatro elementos en inversión sintáctica, habría tres comas entre ellas, y así sucesivamente. La coma después del último elemento sigue siendo discrecional, pero recomiendo usarla porque suele ayudar, pero no siempre, como en el primer ejemplo:
Ayer, a las tres de la tarde el electricista llegó a instalar el regulador.
Aquí hemos suprimido la coma después de tarde y, francamente, no pasa nada. Pero no recomiendo quitarla después de la palabra civilizada en el siguiente ejemplo porque sí ayuda a la lectura y la comprensión. En otras palabras, la coma entre lo invertido y lo principal sigue siendo discrecional, al gusto.
Y con esto hemos terminado de ver todas las comas obligatorias. Sólo falta una entrada más sobre las que son, por naturaleza, discrecionales.
FUENTE: Tomado de:
Cohen, Sandro (2009)
Cohen, Sandro (2009)
La coma entre complementos u oraciones seriados en inversión sintáctica.
Recuperado de: http://redaccionsindolor.blogspot.com/2009/02/la-coma-entre-complementos-u-oraciones.html.
¿Qué significa el que una coma sea discrecional?
Aquí se ve un ejemplo de cómo usar la inversión sintáctica de complemento circunstancial (rojo de coraje) para evitar una confusión. El enemigo no está rojo de coraje, sino el hombre que se volvió hacia él... La coma después de enemigo también aclara el sentido, ya que elimina la confusión al separar el sustantivo enemigo del adjetivo rojo, el cual no califica a aquél.
El 23 de diciembre pasado Matute exigió (amablemente) que volviéramos a los usos de la coma, asunto que se había quedado “a medias”. Cierto: en abril se publicaron aquí varios artículos sobre la coma. Repasemos, entonces, los usos que ya se vieron en ese momento. Primero, el 2 de abril, apareció “Entre lo dicho y lo escrito, más una coma serial”. Hacia el final de esta primera incursión, se vio la coma serial, aquella que separa elementos, frases u oraciones en serie.
El de 9 de abril apareció “Entre lo esencial y lo explicativo”, donde se ilustró el uso de la coma que separa información parentética (“explicativa” o “adicional”, mas no “esencial”). Lo más común es llamar a ésta la “coma parentética”, aunque pueden ser dos, si la información explicativa se halla en medio de la oración, como en este ejemplo: “Ayer, a las tres de la tarde, llegó el médico desde Buenos Aires”.
El 22 de abril, en “De vocativos y elipsis”, se vio el uso de estas comas tan mal comprendidas por casi todos los redactores (aún) inexpertos. Y el 17 de diciembre volvimos sobre la primera de éstas en “¿A qué le tiras cuando sueñas, vocativo?”. Y apenas el 23 de diciembre pasado, vimos la coma de las inversiones sintácticas en “La inversión sintáctica como elemento de claridad”. Si enumeráramos los usos de la coma que ya hemos visto, ésta sería la lista:
1. La coma que separa elementos, frases u oraciones en serie (obligatoria)
2. La coma que separa información parentética, explicativa o adicional (obligatoria)
3. La coma que separa el vocativo del resto de la oración (obligatoria)
4. La coma que indica dónde ha habido una elipsis verbal (obligatoria)
5. La coma de la inversión sintáctica (discrecional salvo en los siguientes tres casos)
a. Cuando la inversión consiste en una oración condicional (obligatoria)
b. Cuando la inversión incluye un gerundio o un participio pasivo (obligatoria)
c. Cuando la inversión consiste en una serie de complementos circunstanciales (comas obligatorias entre los complementos seriados, pero la coma antes del verbo sigue siendo discrecional)
La verdad sea dicha, éstos son los usos básicos, esenciales, de la coma. Los demás se derivan de éstos o se emplean para evitar confusiones o ambigüedades. Vamos a continuar esta serie sobre el uso de la coma con una aclaración de qué significa que una coma sea discrecional cuando se trata de una inversión sintáctica. En el comentario del 23 de diciembre se tocó brevemente, pero hoy veremos estadiscrecionalidad un poco más a fondo.
En el siguiente comentario, que no tardará mucho, veremos la primera de tres aclaraciones al punto cinco. Después, en comentarios posteriores, veremos cómo, cuándo y por qué se emplea la coma antes y después de ciertas conjunciones u otros “puentes” o “nexos” entre frases y oraciones. Y, finalmente, veremos la coma que usamos en contra de la primera regla negativa (que en nuestras clases de Redacción llamamos “El segundo mandamiento”), la cual dice “No separarás el sujeto del núcleo del predicado con una coma”. Por ahora, veremos por qué la coma de la inversión sintáctica suele serdiscrecional.
COMO HEMOS VISTO en comentarios anteriores, es legítimo —pero no obligatorio— colocar una coma después de cualquier complemento cuando éste precede al verbo. En el lenguaje oral, es común que la inversión ocurra con cualquiera de las tres clases de complemento: directo, indirecto ocircunstancial:
La bicicleta la compré ayer. (inversión de complemento directo)
A ese policía, jamás le daré dinero. (inversión de complemento indirecto)
En otras circunstancias me gustaría ayudarle. (inversión de complemento circunstancial)
También vimos que en el lenguaje escrito solemos evitar la inversión de los complementos directo e indirecto, salvo cuando deseamos ser enfáticos. En el discurso neutro, sin embargo, evitamos estas inversiones porque requieren —casi siempre— la reduplicación mediante algún pronombre (en nuestros ejemplos, son la y le, respectivamente) y esto complica la sintaxis innecesariamente cuando no existe afán enfático. Véase la diferencia cuando evitamos la inversión de los complementos directo e indirecto:
Compré la bicicleta ayer.
Jamás daré dinero a ese policía.
En ambos casos la escritura es más limpia. Pero como puede haber varios complementos circunstanciales, anteponer uno o más al verbo puede resultar una buena estrategia para aclarar sentidos e incluso evitar confusiones. Sea como fuere, la coma de la inversión sintáctica es discrecional. ¿Pero exactamente qué significa que una coma sea discrecional? Para decirlo pronto, no es una coma obligatoria. Debemos usar nuestro criterio para ponerla o dejar de ponerla. La regla general que uso es ésta: si la coma no ayuda ni perjudica la comprensión de la proposición, resulta mejor no usarla; si el sentido de la proposición es más claro utilizando la coma, que se use; si, de plano, dejar de usar la coma causara alguna confusión o ambigüedad, es preciso usarla. Veamos ejemplos:
La coma que no ayuda ni perjudica, mejor no usarla:
Ayer llegué temprano a la práctica. (la coma después de ayer no hace falta: ni ayuda ni perjudica)
———
Si la coma ayuda a que se lea y se comprenda mejor la proposición, úsese:
A pesar de todo, pudimos pactar el acuerdo. (usamos la coma después del complemento circunstancial antes del verbo pudimos)
———
Si hubiera confusión o ambigüedad sin la coma, hay que usarla. Primero sin coma:
Cuando llegó José no estaba. (¿Llegó José, o José no estaba cuando alguien más llegó?)
Ahora usaremos la coma que aclarará el sentido de la proposición:
Cuando llegó, José no estaba. (el sujeto de llegó es tácito)
Cuando llegó José, no estaba. (el sujeto de no estaba es tácito)
Hay dos “escuelas” cuando se trata de aprender a manejar la coma discrecional de la inversión sintáctica de complemento circunstancial. La primera insiste en poner la coma a reserva de quitarla después si determinamos que realmente no hace falta. La segunda insiste en que no se ponga a menos que, después, nos demos cuenta de que sí hace falta. Soy partidario de la primera escuela, aunque sé muy bien que más temprano que tarde el redactor reconocerá de inmediato —en caliente— cuándo la coma puede omitirse sin que haya confusión. En realidad no importa cuál sea nuestra actitud inicial porque, tratándose de inversiones sintácticas de complemento circunstancial, en la revisión siempre podremos poner la coma que hacía falta y quitar la que ni ayudaba ni perjudicaba. Y, claro, dejaremos aquellas comas discrecionales que sí ayudan a comprender mejor el sentido de la proposición.
FUENTE: Tomado de
Cohen, Sandro (2009). ¿Qué significa el que una coma sea discrecional?
Recuperado de: http://redaccionsindolor.blogspot.com/2009/01/qu-significa-el-que-una-coma-sea.html
Recuperado de: http://redaccionsindolor.blogspot.com/2009/01/qu-significa-el-que-una-coma-sea.html
La inversión sintáctica como herramienta de claridad
LA VEZ PASADA vimos cómo la sintaxis de una oración, el orden de las palabras, puede alterar el significado de aquello que deseamos expresar por escrito. Nos dimos cuenta de que no es lo mismo rehabilitar tubería con técnicas de vanguardia, que rehabilitar, con técnicas de vanguardia, esa misma tubería. En el primer caso el sentido es ambiguo: ¿las técnicas de vanguardia pertenecen a la tubería, o se habrá querido decir que la rehabilitación de tubería se llevó a cabo con técnicas de vanguardia? Nos dimos cuenta de que, para aclarar el sentido, debíamos llevar a cabo una inversión sintáctica: “Con técnicas de vanguardia, mil trabajadores de 11 empresas rehabilitan tubería”. Pero no basta cambiar las palabras de lugar para que se dé una inversión sintáctica. Veamos esta oración simple como ejemplo:
Lucino compró un helado italiano en París.
En el lenguaje oral es muy común hacer los tres tipos de inversión sintáctica. En los tres ejemplos que siguen, hay que fijarse en que los complementos van antes del verbo (en color verde): por eso se trata de inversiones sintácticas. Veamos:
Ese modelo lo compré el año pasado. (de complemento directo)
A mis tíos no les he hablado desde marzo. (de complemento indirecto)
Con singular alegría, mis amigos desperdician su tiempo. (de complemento circunstancial)
No he hablado a mis tíos desde marzo. (sin inversión sintáctica)
La inversión sintáctica de los complementos circunstanciales en el lenguaje escrito es muy útil. No hablo del lenguaje oral porque, al hablar, empleamos las tres clases de inversión sintáctica sin siquiera pensar en ello, y rara vez nos equivocamos. La escritura, sin embargo, es otro cantar. Al escribir debemos tener mucho cuidado. Si bajamos la guardia y escribimos sin reflexionar en las estructuras gramaticales que estamos manejando, corremos el riesgo de crear oraciones y proposiciones que nuestros lectores no comprenderán, o no las comprenderán como nosotros hubiéramos querido.
Una nota sobre el uso de la coma en relación con las inversiones sintácticas…
Las reglas del uso de la coma dictan que al realizar una inversión sintáctica, podemos poner una coma después del complemento circunstancial y antes del verbo, pero que esa coma es discrecional. En otras palabras, la pondremos si pensamos que ayuda al lector a comprender rectamente la proposición. Si da lo mismo con o sin coma, es mejor no ponerla. Pero si empleamos una doble o triple inversión, tenemos que emplear una coma entre los complementos, como vimos con “Ayer, a las cinco de la tarde fuimosal parque”. La coma después de ayer separa este complemento del que lo sigue: a las cinco de la tarde. Después de a las cinco de la tarde no hay coma porque, siendo discrecional, decidimos que aquí no hacía falta, pues daba lo mismo ponerla o dejar de ponerla. Aun así podríamos haber escrito “Ayer,a las cinco de la tarde, fuimos al parque”, con coma después de tarde, y habría sido ciento por ciento correcto. Pero eso sí: al encerrar “a las cinco de la tarde” entre comas, el lector entenderá que esa información es parentética (no esencial), pues toda información parentética o adicional, no esencial, debe separarse del resto de la proposición con una coma (si viene al principio o al final) o con dos comas (si viene en medio).
Un buen ejercicio es revisar cualquier texto literario bien escrito para ver cómo el autor emplea las inversiones sintácticas. Recomiendo que se vea el arranque de Cien años de soledad, ese párrafo que empieza “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo […]”.
FUENTE: Tomado de
Cohen, Sandro (2008). La inversión sintáctica como herramienta de claridad.
http://redaccionsindolor.blogspot.com/2008/12/la-inversin-sintctica-como-herramienta.html
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